Astor escribió centenas de microrrelatos,
cada uno era tan Bello como un ocaso, como un adagio, como un beso que llega en
abril; Preciso como una sentencia, como un escalpelo, como la ley que agita los
mares; tan Cierto como un axioma, como el sol, como la puntualidad de su muerte:
la brevedad -sin dudas- era su destino.
5 comentarios:
Mis felicitaciones a ambos, Eleonora.
Un microrreltato que es como un juego de espejos de su protagonista y autores.
Un abrazo,
Desde luego que si las cosas son breves son dos veces buenas y este microrrelato lo es. Enhorabuena para los dos.
un abrazo
fus
ME GUSTÓ ESTE TEXTO, LO NOTO DIFERENTE Y LE DA UN AIRE NUEVO AL BLOG, NO QUIERO DECIR QUE LOS OTROS NO SEAN BUENOS PERO SE ANTICIPAN LOS FINALES DE ALGUNA MANERA.
UN ABRAZO DESDE CÓRDOBA LA DOCTA.
CHRIS.
Me gustan los microrrelatos, aquí más es una auto-afirmación de lo que significan para ti, es interesante, creo que como aquello de las mil formas del cuento más corto de Monterroso, juega a la precisión y a la vaguedad por igual, algo esencialmente literario, yo prefiero los cuentos, pero siempre hay espacio para un buen microrelato como el tuyo, sencillo pero inteligente. Primera vez que caigo por tu blog, si gustas te invito al mío a compartir de cine, de literatura, de arte y seguir compartiendo. Lo último que he puesto es un cuento, a ver que te parece. Un abrazo.
Mario: con gusto pasaré por tu espacio.
Muchas gracias por tus palabras.
Cariños.
Eleonora.
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