El hombre permanecía sentado a la mesa observando el lugar donde
estaba. Hacia su derecha, un sillón muy confortable y, enfrentado, un placard
que a su lado tiene una biblioteca angosta de seis estantes donde están posadas
las más bellas obras que se distinguen por su género. Le sigue un ventanal que
se comunica con un patio pequeño y un jardín mediano lleno de flores y pasto
inglés. Hacia su izquierda se encuentra el baño. Enfrentado a él, está la
cocina, la mesada y la heladera. Luego sigue la puerta de salida o entrada. Los
pisos son blancos, las paredes también lo son. Los muebles, de madera estilo roble, dan un cálido estar.
Es un lugar muy silencioso y luminoso. Pero, lo más impactante es el cuadro
ubicado unos cuantos centímetros más arriba del sillón, su imagen es tan real
que yo sólo escribo lo que el hombre observa.
7 comentarios:
Que detallista en unas líneas.
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Genial tu composiciòn y tu relato. Enhorabuena.
un abrazo
fus
Querido Fus: muchas gracias por tus palabras.
Mi más afectuoso cariño para vos.
Eleonora.
No sé por qué pero a mi me resulta algo perturbador este micro, Eleonora.
Buen trabajo.
Un abrazo,
Concuerdo con Pedro, es un relato perturbador, un caso de observador observado. Uno no sabe desde dónde viene la mirada.
Bien logrado.
Un beso.
HD
Hacía mucho que no venía por aquí, tienes una historias muy particulares, un estilo extraño, pero que atrae.
Un saludo.
Autor
Interesante!
Guada
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