viernes, 6 de enero de 2012

Anhelos

Como todos los jueves, Pedro regresaba del encuentro con amigos. Cuando estaba por llegar a su casa, una tormenta se desató y tuvo que detenerse en una esquina para cubrirse de la lluvia y el viento. Allí, había una mujer muy elegante y sensual que no paraba de temblar de frío. Pedro, le ofreció su saco, ella lo miró y con una sonrisa aceptó. Él quedó impactado por su mirada y, en esa fracción de segundos, se enamoró. Sin conocerla, ya sabía que, para siempre, iba a ser su gran amor. A ella le sucedió lo mismo.

En la ausencia de palabras se entendieron, él quiso abrazarla para protegerla aún más y ella consintió. Zoe es mi nombre, dijo, Pedro el mío.

La tormenta paró y comenzaron a caminar. A medida que pasaban las horas, se sentían más atraídos el uno por el otro. Sin noción del correr del tiempo, la medianoche había llegado y nuevamente una esquina los detuvo; él tomó la iniciativa de besarla, ella esperaba ser besada por él, pero en ese preciso momento, el despertador sonó y Pedro despertó. Solo como siempre.

6 comentarios:

David Cotos dijo...

Ja ja. Pobre Pedro.

Juan Ojeda dijo...

Como duele esa gambeta del destino,,, aunque todo depende del usuario: Puede tomar el sueño como un motivo para deprimirse o como el puntapié inicial de una búsqueda fuera de lo onírico... aunque sin dudas ese primer momento de abrir los ojos no es nada agradable,

Muy sentido el cuento, un abrazo.

Humberto Dib dijo...

Hace mucho tiempo me enamoré (me da ganas de decir "perdidamente", pero no) de una hermosa morena en un sueño. Pasaron muchos años y la encontré en la vida real. Pero luego de un tiempo, todo se terminó, lo que me mostró que no siempre estas historias terminan bien.
Pedro ya va a encontrar la suya... aunque no sea la definitiva.
Besos.
HD

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Llego por primera vez a tu casa para corresponder, aunque tardíamente, a tu visita y me encuentro con este relato de amor onírico; con la dureza de la soledad, trazada con una prosa suave y ritmica.

En pocas palabras, que ha sido un placer leerte.

Me quedaré asomado a tu ventana, y señalaré tu casa desde la mía.

Un saludo

fus dijo...

Me imagino que Pedro le hubiera gustado volver a quedarse dormido para que el sueño siguiera, pero la realidad es asì de firme y sincera. Como siempre sorprendete.

Feliz año 2012

un fuerte saludo

fus

Stefania dijo...

A veces los sueños pueden hacerse realidad, no?

Buen texto.
Stefi