viernes, 18 de noviembre de 2011

Desavenencias

Marcos no podía comprender por qué su entorno lo despreciaba. Tenía la certeza de que era un buen hombre, de comportamiento coherente y con la posibilidad de adaptarse a cualquier suceso. Sin embargo, todos sus conocidos opinaban lo contrario; según él, decían que era incoherente, inadaptado y un necio con quien no se podía hablar… si por hablar, se entiende cambiar verdades. Durante muchos años quiso modificar el concepto que la gente tenía sobre él, hasta el punto de representar, mejor que nadie, el papel de un obsesivo. Por sus convicciones no pudo disponerse al amor, ni a cualquier otra actividad.

Ya cansado de no encontrar un modo de revertir esta situación, tomó la decisión de no dar más lucha contra los pensamientos ajenos, fue entonces cuando descubrió la causa principal de su búsqueda.

Aclarémoslo: aquellos odiosos seres sólo habitan en su cabeza y las certezas que él tiene son su delirio.

El tiempo pasa, y esas personas aún siguen con la firme intención de hablarle de su incoherencia.

12 comentarios:

David Cotos dijo...

él tiene que darse cuenta que el cambio se encuentra dentro de él, no afuera.

Pluma Roja dijo...

Un caso clínico. Interesante.

Saludos cordiales.

Juan Ojeda dijo...

Si, en general el perpetrador vive de los huesos para adentro y solemos proyectarlo hacia afuera,

muy buena forma de mostrarlo.

Un abrazo.

fus dijo...

Es un caso de esquizofrenia y eso no tiene cura, a veces tienes momentos de verdadera lucidez y otros te dan brotes psicopàticos donde las voces te siguen aturdiendo durante todo el dia.Tenemos una amiga que los padece y sabemos lo mal que lo pasan.
Pobre Marcos tiene poca soluciòn su enfermedad.

un fuerte abrazo
fus

pd.muchìsimas gracias por tu visita y comentario.

Humberto Dib dijo...

Yo creo que esos odiosos seres que habitan en su cabeza, tienen razón, Marcos es incoherente, necio y -fundamentalmente- inadaptado. Entre todas las voces que lo poblamos así lo decidimos por unanimidad ;)
Besos.
HD

Dora Ku dijo...

Me temo que yo he sido una de su detractoras más feroces, pero no cabe duda que él se lo ha ganado, ya que siempre que le hablo me ignora descaradamente.
Hola Beatrice, te saluda con cariño: Doña Ku

laindefensiónaprendida dijo...

Bueno tiene razón, a nadie le gusta que le hablen de sus contradicciones.
un beso

Sabrina dijo...

Aceptar la verdad no es algo que pueda hacerse sin daños colaterales, ¿no?
Un beso, Eleonora.

Sabri!!

Stefania dijo...

Hola, vengo a traves del blog de Humberto Dib, estuve leyendo algunos de tus textos y me han parecido interesantes.

Quizas todos tienen una atmósfera psicológica, se ve que tu profesión se inserta en tus escritos. Me gustaría leer algo de otro estilo para ver como lo desarrollas.
Un saludo desde Sevilla.

Stefi

Eleonora Beatrice dijo...

Hola Stefanía, muchas gracias por tus palabras. En eso comenzaré a trabajar.
Un cariño.
Eleonora.

Ricardo Tribin dijo...

Excelente post.

Por eso cuando nos sacudimos de la mente los pensamientos negativos es cuando empezamos a sentirnos mejor.

Abrazos!!

Unknown dijo...

Un post complejo pero inteligente, calculado e interesante, que puede necesitar mas de una leída para comprenderlo a la perfección pero cada segundo vale la pena.
Excelente