Cuando evoco tu imagen, afirmo... espero que algún
día puedas darte cuenta de lo mucho que me duele la ausencia de tu voz, la falta
de tus palabras; sin las notas de tu perfume este lugar huele mal, a decir
verdad, todo huele muy mal sin tu presencia, porque así elijo que sea.
Eleonora Beatrice
Psicóloga Psicoanalista Docente Universitaria
viernes, 24 de agosto de 2012
sábado, 11 de agosto de 2012
El microrrelatista
Astor escribió centenas de microrrelatos,
cada uno era tan Bello como un ocaso, como un adagio, como un beso que llega en
abril; Preciso como una sentencia, como un escalpelo, como la ley que agita los
mares; tan Cierto como un axioma, como el sol, como la puntualidad de su muerte:
la brevedad -sin dudas- era su destino.
viernes, 3 de agosto de 2012
El reloj de la sala
En el reloj de la sala, las horas pasaban sin
dejar un rastro de esa presencia tan deseada por ella; sin duda, estaba
desesperada por saber algo, saber la calmaría. No tenía ganas de hacer nada,
sólo podía distinguir el agujero negro de su propio encierro. Nada conspiraba a
su favor; todo era quietud, todo era letanía. Sus pensamientos ya estaban
inmóviles, sus emociones ya estaban congeladas, su corazón, ahora en un lento
latir, le anunciaba su abatimiento, y ella, ella no podía hacer otra cosa más
que esperar esa presencia mientras las horas pasaban. Todos le aseguraban que
su hija había muerto, pero ella no conseguía entender, mucho menos aceptar, que
su niña no volvería a escuchar más el toque de aquel reloj.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)